Al entorno del profesor Pedro Castillo y su mentor Vladimir Cerrón le está salpicando la mugre de las coimas de “Los dinámicos del centro”, y a las cabezas de Perú Libre -que en menos de un mes podría ser “el partido de gobierno”-, no se le ha ocurrido nada mejor que apuntar a la prensa para evitar que siga haciendo su trabajo de difundir el resultado de las investigaciones a cargo del Ministerio Público, tal como si ya estuviésemos en una dictadura.

Primero fue un tuit salido del propio Perú Libre, más tarde retuiteado por Cerrón, que se refiere a la necesidad de una “ley de medios”, que no es otra cosa que un absurdo mecanismo para controlar los contenidos y evitar que salga a la luz aquello que no les guste. Esto es propio de dictaduras y regímenes totalitarios donde los abusos y la corrupción jamás se difunden. Fidel Castro y su alumno Hugo Chávez fueron expertos en esto. Advertidos estamos.

Luego salió Dina Boluarte, famosa por haber sido candidata sin renunciar a un órgano electoral, a quejarse de los medios una vez que estos han comenzado a hacer el trabajo que tendrían que hacer en cualquier lugar civilizado y democrático: exponer ante el país los presuntos nexos de esta señora con la banda de delincuentes bautizada como “Los dinámicos del centro, que según el Ministerio Público ha cobrado coimas para financiar la campaña del partido.Quizá la candidata a la vicepresidencia haya querido que los medios se queden callados y no publiquen las consistentes investigaciones del Ministerio Público que involucran a Cerrón, a Castillo y a ella misma por unos dudosos depósitos de dinero. ¿Esta es la prensa que quiere la señora Boluarte? ¿Para eso el lápiz busca una “ley de medios”? ¿Volvieron los tiempos infames del general Juan Velasco y de Augusto “El flaco” Zimmermann?

En los últimos días hemos tenido dos señales peligrosas respecto a la libertad de expresión no solo de los medios y de los periodistas, sino de los propios ciudadanos. Y si a eso sumamos el contenido del ideario del eventual “partido de gobierno”, que propone intervenir a la prensa para controlar los contenidos como lo han hecho en Cuba y Venezuela, vamos viendo cómo podría venir la cosa en caso se confirme el triunfo del profesor salido de las canteras del sindicalismo radical vinculado a Sendero.