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Los peruanos amanecieron ayer de buen ánimo con la noticia de la habilitación de Paolo Guerrero para jugar el Mundial de Rusia. Una nueva demostración de unidad nacional en torno al delantero se observó en todo el Perú desde las primeras horas de la mañana. La solidaridad que recorrió el país durante los últimos días tuvo un magnífico corolario con la decisión del Tribunal Federal Suizo.

Y mientras la atención de todo el país se concentraba en lo que sucedía con nuestro capitán en Europa, en algunas regiones como Puno y Arequipa se realizaban paros contundentes en contra del aumento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los combustibles.

Las masivas protestas han reemplazado el tranquilo clima que existía hasta hoy en el país. Esperamos que este periodo crítico no se transforme en un estallido popular que puede alterar el rumbo del Gobierno, cuyo objetivo más importante es dinamizar la economía para elevar sus índices generales y disminuir la pobreza.

El alza del ISC ha generado el rechazo de la gente y, según una reciente encuesta de GFK, el 86% de peruanos considera que tendrá un impacto negativo en su economía familiar. Muchos dicen que esta situación es superable con muñeca política; sin embargo, se necesita también que el Gobierno redireccione sus objetivos y sus planes. Debe responder a las señas particulares de una institución eficiente y grande. Los buenos resultados y la reactivación económica son urgentes; porque, de lo contrario, la propaganda y las frases de fácil digestión se volverán nocivas.