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Cristina Fernández, expresidenta de Argentina, en la conferencia de prensa que ofreció ayer en el Congreso de su país donde ha alcanzado la calidad de senadora electa, ha dicho que la pretensión de encarcelarla es obra y magia del actual presidente Mauricio Macri, luego de ser imputada de encubrimiento en el sonado caso de la Asociación Mutual Israelita Argentina - AMIA de 1994 en que murieron 83 personas, por un juez que dependía del desafuero parlamentario -una acción previa para que la exmandataria pudiera quedar totalmente vulnerable-, a fin de lograr que afronte a la justicia con detención.

La expresidenta se ha defendido señalando los desaciertos del presidente, y dejando entrever que no ha podido dominar el clima político en el país, diezmado por el fracaso para encontrar al submarino de la Armada argentina desaparecido con 44 tripulantes hace ya dos semanas.

En la referida conferencia, la señora Fernández se ha mostrado con soltura rodeada de sus incondicionales, apareciendo con mayores reflejos que el presidente Macri. La expresidenta devuelve la pelota a Macri, aduciendo una cacería de brujas sobre ella y sobre sus correligionarios más cercanos. Para otros, la idea de reducirla judicialmente desnudaría la intención de atenuar la responsabilidad que ha atribuido la opinión pública al presidente Macri por su falta de reacción para el rescate de los marinos. Los que quieren ver a la exjefa de Estado entre rejas son los que están convencidos de que ella estaría comprometida en la muerte del fiscal Alberto Nisman (enero de 2015), hallado en la bañera de su casa a pocas horas de presentarse en el Congreso para formular denuncia contra Kirchner y algunos de sus ministros por el referido caso de la AMIA. Sin que los temas referidos dejen de ser bien administrados para que sean esclarecidos, otro asunto de fondo es que Argentina, un país con enormes potencialidades, sigue sin poder despegar al ritmo que las circunstancias exigen para un país que fue del primer mundo al comienzo del siglo XX, y que técnica o políticamente perdió mucho tiempo en las últimas décadas.