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Al cierre de esta columna sin que se conozcan los resultados oficiales de las elecciones parlamentarias en Argentina, habría una discreta victoria para el partido gobernante, pero eso no se sabe. Se han elegido 127 cargos de diputado nacional de los 257 miembros que componen esa cámara por un periodo de 4 años (2017-2021) y 24 de senador, que corresponde exactamente a un tercio de esta otra cámara para el periodo 2017-2023. En buen romance, el objeto central de las elecciones, que se han realizado en todo el país, es realmente empoderar al gobierno de Mauricio Macri, que asumió la Presidencia en diciembre de 2015 con evidente minoría, o resucitar políticamente a Cristina Fernández de Kirchner, que por cierto nunca se dio su año sabático en la política de Argentina después de gobernarla sucesivamente con su difunto esposo por más de una década (2003-2015). Es interesante tener presente que estas elecciones legislativas estuvieron precedidas por las denominadas elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, más conocidas como PASO, que se realizaron en agosto de este año, en que no le fue bien al Gobierno. Los elegidos en esta oportunidad asumirán sus cargos recién el 10 de diciembre próximo. La sensatez debería estar presente en todo proceso de votación ciudadana, aunque no siempre ha sido así, porque las mayorías suelen equivocarse. Desde que llegó al poder, a Macri no le ha sido fácil llevar adelante el giro de la nación argentina, pero lo está haciendo. Argentina se conecta con los países estratégicos del planeta, mira con decisión acertada su acercamiento a la Alianza del Pacífico y busca combatir en el frente interno las malas prácticas kirchneristas de populismo y asistencialismo que marcaron a diversos países de la región, como Brasil y Venezuela. Macri necesita el espaldarazo político para gobernar con mayor apertura y estas virtuosas elecciones coadyuvarían en ese propósito, o por lo menos atenuarían dicha minoría, una suerte que no tiene en el Perú Pedro Pablo Kuczynski, que asumió su mandato con minoría parlamentaria y la tendrá hasta el final (2016-2021), quedándole solo negociar.