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Qué duda cabe que la política peruana y los personajes que en ella abundan son alucinantes y muchas veces risibles. Lo señalo porque resulta siendo surrealista que los personajes y agrupaciones que en el pasado han apuntalado candidaturas como las de Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Susana Villarán tengan la sangre en la cara como para salir a marchar en contra de…. ¡la corrupción!, como si sus ídolos fueran inmaculados.

Cuando leí por ahí que un personaje como Verónika Mendoza, de Nuevo Perú, convocaba a esta movilización realizada en la noche del miércoles, pensé que era una broma o algo salido de un meme, pero no. La exsecretaria personal de la reclusa Nadine Heredia, la que no ha podido negar que haya escrito en las agendas donde se consignan millonarias anotaciones, viene ahora a mostrarse como una de las abanderadas contra la corrupción.

Y es que los que han salido a marchar apuntalaron al prófugo Toledo, el de la coima de 20 millones, e hicieron lo mismo con Humala cuando ya sabían que era el “Capitán Carlos” y se hablaba del dinero llegado por lo bajo desde Brasil y Venezuela. Son los mismos que más tarde pusieron el pecho por Villarán y que ahora un poco más y dicen que no la conocen. ¿Ellos van a exigir castigo para los que han delinquido?

Si son cómplices “involuntarios” de Toledo, Humala y Villarán, a los que llevaron al poder, ¿no era mejor quedarse callados en lugar de hacer el papelón de pegarlas de limpios y salir a marchar por las calles? Un poco de sangre en la cara no les hubiese venido nada mal a los “indignados”, por más que estén tratando de ganar espacios electorales y diferenciarse de sus rivales políticos que también han resultado embarrados.

Nuestra política está muy venida a menos por actitudes como la de esta gente que, en lugar de pedir disculpas y hacer un mea culpa, agarra su pancarta y se pone a reclamar por actos de corrupción que ellos mismos, voluntaria o involuntariamente, han facilitado. El país no está como para payasadas y poses de indignación, pues la gente, los peruanos, así nomás no se las tragan, pues saben muy bien quién es quién en este momento.