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Todo hace pensar que los peruanos no aprendimos de los sucesos vividos hace unos años, en que vimos acabar en prisión a varios gobernadores regionales, como César Álvarez, de Áncash; Gerardo Viñas, de Tumbes; Félix Moreno, del Callao; Gregorio Santos, de Cajamarca; y Jorge Acurio, de Cusco, entre otros, junto a alcaldes de diferentes provincias y distritos del Perú. Hace dos días se ha dictado prisión preventiva contra el exgobernador de Piura Javier Atkins. Todos ellos fueron implicados en actos de corrupción.

Ahora, a pocos meses de haber sido elegidos, tenemos a dos nuevos gobernadores en calidad de prófugos de la justicia. Son Vladimir Cerrón, de Junín; y Walter Aduviri, de Puno. El primero ha sido sentenciado a cuatro años y ocho meses de prisión por malos manejos en su gestión anterior. Aduviri ha sido condenado por revoltoso a seis años de encierro.

El problema es que los peruanos seguimos eligiendo mal. Desde hace mucho se conocían las andanzas de Cerrón, pero igual salió elegido en noviembre último. Lo mismo sucede con Aduviri. ¿Qué pasa con el elector de nuestro país?

Nos quejamos de la corrupción y los malos manejos, pero insistimos en dar poder con nuestro voto a las opciones que vienen con serios antecedentes.

Algo similar sucede con el Congreso. Elegimos parlamentarios patéticos que al poco tiempo queremos enviar a sus casas.

Un poco de responsabilidad no vendría mal antes de votar. ¿Será posible en las próximas elecciones?

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