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Ha hecho muy bien la Policía Nacional al desbloquear, ayer por la mañana, el kilómetro 1049 de la Panamericana Sur, que había sido tomado por opositores al proyecto cuprífero Tía María, en la región Arequipa, porque una cosa es rechazar legalmente determinada acción privada o del Estado, y otra muy distinta es cometer el delito penal de impedir el libre tránsito de los peruanos. Eso no se puede permitir y, en ese sentido, los agentes han cumplido con su obligación.

Sin embargo, como era de esperarse, minutos después apareció en el pleno del Congreso el legislador de izquierda Humberto Morales, quien salió a “denunciar” que la Policía había atacado a la población, cuando lo que han hecho los efectivos es hacer prevalecer el Estado de Derecho, pues por más protestas que haya en el sur, nadie puede tomar una carretera. Quizá este congresista esperaba que los uniformados se queden de brazos cruzados viendo cómo se viola la ley.

Hace unos días, en este espacio, señalé que la actitud dialogante que ha mostrado el gobierno del presidente Martín Vizcarra, incluso ante el reiterado rechazo del gobernador Elmer Cáceres Llica, no puede ser sinónimo de una postura débil que permita que los manifestantes tomen vías, ataquen a la propiedad pública y privada, o muestren hostilidad hacia quienes sí están a favor de la inversión minera en el Valle de Tambo.

Por más que la izquierda ponga trabas de baja política a la labor de la Policía, esta tiene que seguir haciendo su trabajo. Acá no se trata de “criminalizar la protesta” ni de “dispararle al pueblo indefenso” —algo que además no ha sucedido ni por asomo—, sino de impedir delitos y la limitación del libre tránsito. De otro lado, en las últimas horas el premier Salvador del Solar ha señalado que los bloqueos en el sur han venido afectando la atención a las víctimas de volcán Ubinas.

Acertó el Gobierno al movilizar a agentes policiales adicionales a Arequipa como los que ayer, en un número cercano a 400, reabrieron profesionalmente la vía y sacaron con gases lacrimógenos a los revoltosos, pese a que algunos desde la izquierda congresal sueñan con tener un sur bloqueado y caótico, donde nadie pueda moverse ni para llevar ayuda humanitaria. ¿Así quieren ser gobierno estos señores? De terror.