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El CADE 2016, que concluyó el viernes 2, dejó algunas conclusiones que me parece relevante compartir: 1) Crecer con inclusión: Es muy alentador que tanto para el Estado como para los empresarios ya sea una verdad incuestionable que la única manera de sostener el crecimiento y el desarrollo es con todos los peruanos progresando y no unos pocos.

2) La inversión privada es el único camino de crecer al ritmo que necesitamos. Lo que resulta sorprendente es que todavía no se sienta una apuesta decidida del empresariado.

3) Gobierno y empresa mirando hacia un objetivo común: es evidente que el Ejecutivo y los empresarios están en un franco diálogo y trabajando en conjunto en una misma dirección.

4) Ministerios coordinados: los problemas del país son muchísimos y en varios frentes. Solo con la articulación de acciones multisectoriales se podrán lograr resultados efectivos a corto plazo.

5) Obsesión por medir: Lo que no se mide no mejora. El Gobierno en su conjunto y cada uno de los ministros tienen indicadores y metas que cumplir para 2021, lo que tiene que haber implicado un diagnóstico, una estrategia y, por supuesto, metas. Un gran comienzo.

6) Faltan muchos recursos para cerrar las brechas en educación, salud y seguridad ciudadana: tener claras las metas hace que también se tengan claras las brechas por cerrar. Los recursos necesarios son tan grandes que solo un crecimiento robusto y continuo será capaz de generar dichos recursos.

7) Fortalecer la institucionalidad: sin justicia y respeto por la normas, la confianza entre los ciudadanos se rompe y las personas terminan pensando únicamente en su propio bienestar.

8) Desburocratizar: la tramitología hace muy lenta y trabajosa la inversión, desincentiva la formalización y nos quita competitividad, por lo tanto hay que erradicarla.

9) Crimen y narcotráfico: estamos en esta situación actual porque no se ha hecho nada. No es fácil, pero tampoco imposible. Las primeras acciones están dando buenos resultados.

10) Muchas oportunidades: con las condiciones adecuadas, la minería, la agroexportación, el turismo y las industrias culturales pueden convertirse en gigantescos motores de desarrollo.

Después de tres días de trabajo, el optimismo de los empresarios y el Gobierno nos hace pensar que es factible lograr el desarrollo. Solo nos falta una tarea: sumar al ciudadano a este gran proyecto. Es imperativo entender que el momento de comenzar es ahora: La Oportunidad es Ahora.