El matrimonio infantil está prohibido en casi todo el mundo. En Inglaterra, la edad mínima legal para contraer matrimonio ha pasado de 16 a 18 años, a fin de proteger a los niños de la explotación y los efectos nocivos de matrimonios forzados y precoces. En los Estados miembros de la Unión Europea, la edad legal para contraer matrimonio está fijada en 18 años. En Dinamarca, Países Bajos y Suecia no es posible casarse antes de los 18 años. En el Perú, el Estado protege constitucionalmente al niño, al adolescente, a la familia y promueve el matrimonio, dejando en manos de la ley la facultad de establecer las formas y regulaciones de éste. El Código Civil en su artículo 43 señala que los menores de 18 años están sujetos a tutela de sus padres y el Código Penal establece sanciones para los violadores de niños menores de 18 años. Entre los años 2013 y 2022, la RENIEC dio cuenta de 4,357 casos de matrimonios de menores de 18 años. Lo cierto es que el matrimonio infantil socava los derechos humanos de los niños y afecta sus vidas y sus oportunidades de futuro. En el nivel más básico, les niega el derecho a elegir, sin coerción o miedo, con quién casarse o en qué momento. Las niñas obligadas a matrimonios tempranos, tienen más probabilidades de quedar embarazadas antes de que sus cuerpos maduren, lo que aumenta los riesgos de muerte y morbilidad materna y neonatal. El derecho internacional ha prohibido el matrimonio temprano, a pesar de que al menos 93 países permiten esta práctica con el consentimiento de los padres.
Por lo expuesto, resultan muy preocupantes las lamentables declaraciones del actual presidente de la Comisión de Educación del Congreso Nacional, sobre un tema como el matrimonio infantil que debería merecer toda nuestra prudencia y cuidado, promoviendo más bien la reflexión sobre cómo difundir una educación sexual integral desde el colegio y los hogares, que contribuya con evitar el embarazo precoz y la lamentable muerte de nuestros niños y adolescentes, antes de sugerir barbaridades que lo único que logran es polarizar aún más el enrarecido ambiente de nuestro país.