En momentos en que el país se ve sacudido por un escándalo de corrupción pocas veces visto a raíz del caso de las constructoras brasileñas, es una pésima señal lo que viene sucediendo con el exasesor presidencial Carlos Moreno, quien sigue trabajando en el Estado en medio de las graves denuncias en su contra, y pese a que estamos en un gobierno que llegó al poder ofreciendo precisamente honestidad y mano dura contra los sinvergüenzas.

Al ver a Moreno nuevamente trabajando en el Hospital Loayza, es lógico que los peruanos dudemos y nos preguntemos cómo así el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski va a actuar con firmeza ante las millonarias coimas pagadas a “peces gordos” por Odebrecht y compañía, si no es capaz de sacar de la administración pública a un “pez flaco” como Moreno, un personaje que se hizo famoso por los audios en que hablaba de hacer “negociazos” con la salud de los más pobres.

Es indignante que la directora de dicho hospital, que funciona con recursos de todos los peruanos, Victoria Bao Castro, haya señalado que Moreno está en funciones porque es nombrado y se deben respetar sus derechos laborales. Más bien la ministra de Salud, Patricia García, debería preguntarse si los pacientes que acuden a ese centro asistencial no tienen derecho a ser protegidos de quienes pretenden lucrar con su salud y su propia vida.

En medio de todo esto, habría que preguntarse dónde está el Colegio Médico del Perú, ese que suele salir a las calles a reclamar aumentos de sueldos y el respeto de sus derechos, pero que hasta ahora no es capaz de sancionar a uno de los miembros de su orden luego de los indignantes audios. Ojo que para que este gremio aplique un castigo, no hace falta una sentencia judicial. Seguro que ante las críticas dirán que están investigando.

Un gobierno que no es capaz de sacar administrativamente a un personaje como Moreno de un hospital público, difícilmente podrá hacer mucho ante los “peces gordos” implicados en las coimas. Por lo pronto, el lío ya salpicó a Alejandro Toledo y a su amigo Josef Maiman, personajes a los que el propio presidente Kuczynski conoce muy bien. ¿Los peruanos podemos esperar sanciones o simplemente habrá mano tibia, como suele suceder?

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