Un ciudadano cuando postula para autoridad de su pueblo, como los recién elegidos congresistas el 26 de enero, conoce de los desafíos y responsabilidades que le compete desempeñar, en especial servir con honestidad y transparencia, condiciones indispensables que, casi siempre, olvidan cuando llegan al poder.

Abraham Lincoln, expresidente de Estados Unidos, decía que “se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.

Premisa que es frecuente en nuestro país con la infinidad de gobernantes que decepcionan y faltan a su compromiso de cumplir su cargo en el marco de las leyes. A diario se conocen historias de corrupción implicando a autoridades, quienes enfrentan problemas ante la justicia por sus malos actos.

Por eso, no deja de sorprender el reciente reporte de la Secretaria General del Jurado Nacional de Elecciones que da cuenta de la vacancia de 63 autoridades regionales y municipales durante el 2019, entre alcaldes, regidores y consejeros. Delito doloso, nepotismo, inasistencias y otras son algunas faltas por las cuales fueron separadas de sus cargos dichas autoridades, quienes decepcionaron y faltaron a su compromiso de servir al pueblo que los eligió.

Ahora los 130 peruanos que juramentarán como nuevos congresistas, y pese al corto tiempo que ocuparán el cargo, tendrán que hacer lo mejor su trabajo para no defraudar y engañar al pueblo que los respaldó e eligió. El 2021, año del bicentenario de la independencia, está cerca y el Perú espera un cambio con gobernantes honestos y transparentes en todo nivel. ¿Podemos?

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