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Lo señalado en Lima por el exdiputado venezolano y presidente de la ONG Unión Venezolana, Óscar Pérez, en el sentido de que la tiranía de Nicolás Maduro estaría dando facilidades en su país para que parte de los migrantes que llegan al Perú sean prontuariados delincuentes a fin de desalentar su recepción, no suena tan descabellado si hacemos un poco de historia y analizamos cómo han actuado en el pasado las dictaduras comunistas ante países que les son hostiles y críticos.

Sin ir muy lejos, el lunes último The Wall Street Journal señaló -con base en información obtenida de la Fiscalía de Nueva York- que a inicios de este siglo el fallecido dictador venezolano Hugo Chávez había decidido “inundar de cocaína” a los Estados Unidos, gracias a sus nada santos nexos con el narcotráfico y los asesinos de las FARC de Colombia. Ello con el fin de afectar a la administración del expresidente George W. Bush.

Pero vayamos más atrás, a 1980, al éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos a través del puerto de Mariel. Al ver que la cosa se le iba de las manos y el número de personas que se iban llegaba a miles gracias a la venia de Washington, Fidel Castro decidió abrir las cárceles. Así permitió que asesinos, violadores y lo peor de la sociedad se vaya de la isla hacia Miami. Se estima que de los 125 mil “marielitos” llegados a Florida, al menos 18 mil tenían antecedentes penales.

De esta manera, la dictadura cubana creó serios problemas de seguridad en el sur de Estados Unidos. Ello generó dificultades políticas al último tramo del gobierno de Jimmy Carter, quien no pudo ser reelecto; y de paso echó un balde de inmundo desprestigio a los miles de migrantes honestos, decentes y trabajadores que en realidad -al igual que la gran mayoría de venezolanos que llegan al Perú- buscaban una vida mejor lejos de la tiranía que hasta hoy reina en su país.

Dicho esto, no sería raro que Maduro, un aplicado alumno de Chávez y Castro, nos esté mandando a propósito, y en represalia a la postura muy crítica del Perú ante su régimen ilegal, a muchos de los delincuentes que a diario vemos robando, matando y hasta descuartizando gente en nuestro país. La alerta la ha dado un venezolano como el exdiputado Pérez -y no un peruano-, y debería ser tomada muy en cuenta por la Policía Nacional y las autoridades migratorias.