El MEF confirmó que la proyección del crecimiento de la inversión privada este año será de 0%, ratificando así las proyecciones del BCR a inicios de año.
Ello, sin embargo, no es una cifra que sorprenda toda vez que una regla muy simple en economía es que los agentes económicos pequeños, medianos y grandes deciden realizar sus inversiones siempre y cuando se les asegure un clima propicio para ello; es decir, con predictibilidad y estabilidad. Lamentablemente estos 2 pilares han sido, precisamente, los grandes ausentes en los últimos 13 meses de gobierno.
Así, nunca antes habíamos tenido un presidente con 6 acusaciones fiscales por actos cometidos en el ejercicio de su función, ni tampoco 67 ministros en 56 semanas de gobierno; una muestra clara de la inestabilidad que todos venimos padeciendo.
A ello, hay que sumarle que se vienen dictando -vía decretos- normas inconstitucionales que afectan directamente el trabajo de más de 200,000 personas, como es el caso del DS 001-2022-TR que prohíbe la tercerización laboral en un país que clama por trabajo formal.
Y por si esto fuera poco, cuando el organismo competente declara, en función de sus atribuciones, que esta norma constituye una barrera burocrática, en lugar de respetar la institucionalidad, el propio Ejecutivo lo amenaza como si estuviésemos viviendo en una república bananera.
La confianza se construye con años de trabajo y esfuerzo y se destruye en un minuto. Nos tocará comenzar nuevamente de cero.