Perú Libre está siguiendo los pasos de otras organizaciones criminales para lavarse la cara y borrar su historial criminal. ¿Cómo piensan lograrlo? Normalizando la criminalidad: personas sentenciadas participando activamente en la sociedad, sin que nadie los señale, sin que nadie les recuerde sus delitos, apareciendo en televisión, poco a poco se convierten en parte de la sociedad y ya no generan el rechazo que todo criminal nos debe generar.

Así lo hizo Pablo Escobar en Medellín, quien llegó a convertirse en congresista, y así lo hicieron las FARC en Colombia que accedieron al Congreso. Así lo hizo ETA en el País Vasco. Pero esto también ocurrió en nuestro país con Abimael Guzmán y otros terroristas a quienes muchos consideran “luchadores sociales”.

Hay una línea clara entre la política y la criminalidad, una línea que no debe cruzarse ni que puede ser relativizada. Las ideas se combaten con ideas, pero ¿puedes debatir con un criminal? No, porque ellos no vienen a convencer, su objetivo es otro. El corrupto no puede ser considerado político, así como el narcotraficante no puede ser considerado empresario o el terrorista llamado luchador social. El Perú no puede cometer el error de normalizar la criminalidad, como sucede en Cuba, Venezuela o Nicaragua, aquí vamos a enfrentarlos y desterrarlos de la política.

TAGS RELACIONADOS