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Aquí en Lima, el martes 23 de abril, en el marco de una ceremonia por los 140 años de la fundación de la Cruz Roja Peruana, y luego de que su actual presidenta narrara el extraordinario episodio del salvamento de los náufragos chilenos de la corbeta “Esmeralda”, decidido por Miguel Grau, comandante del “Huáscar”, durante el Combate de Iquique del 21 de mayo de 1879, hecho por el cual nuestro inmortal marino piurano ha merecido el reconocimiento universal de “Caballero de los Mares”, en plenas palabras, sorprendiendo a los asistentes en el abarrotado Salón Independencia del Hotel Sheraton de nuestra capital, y cuando nadie lo esperaba, se puso de pie don Patricio Acosta Sansarricq, presidente de la Cruz Roja Chilena, e interrumpiendo con deliberado cuidado y pulcritud a la presidenta que disertaba, exclamó: “¡ES VERDAD TODO LO EXPUESTO POR USTED PRESIDENTA Y EN CHILE APRECIAMOS Y RECONOCEMOS SU ACTITUD ÚNICA!” -la de Grau-. El máximo representante de Chile en este movimiento, que es parte de otro más ecuménico como la Cruz Roja Internacional, que descolla mundialmente por su elevado carácter de neutralidad frente a las partes en el conflicto y que, en consecuencia, inspira sus nobles acciones en base a las reglas del derecho internacional humanitario, con sus palabras -estuvo presente Fernando Grau, bisnieto del héroe de Angamos-, que constituyen un testimonio relevante para la historia de nuestros dos países, y más tratándose de un nacional con membresía del Estado con el que nos enfrentamos en una funesta guerra en el pasado, contribuye con el propósito del Perú de alcanzar el reconocimiento internacional de Miguel Grau en la cualificación histórico-jurídica de “PRECURSOR CALIFICADO DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO”. Los esfuerzos individuales e institucionales en el país para lograr este reconocimiento merecen el aplauso de todos los peruanos. El Congreso de la República debería hacer lo propio y cuanto antes. Debemos llegar al Bicentenario con una norma jurídica nacional que lo consagre a perpetuidad y, en homenaje a la grandeza de Grau, el Estado establecer la CÁTEDRA GRAU en todos los niveles de la educación peruana.