. Conversábamos en las instalaciones de la picantería “El Pato” de doña Elena Díaz con el maestro Rolando Vento Frías, en compañía de Víctor Hugo Neves -genuino intérprete del canto mistiano-, sobre su trajín profesional y lo hacíamos en un día de profunda emoción y felicidad para él, ya que su nieta Andrea (hija de Rosita Vento, popular cantante criolla), cumplió 15 años de edad. Ello ha motivado a que con enorme lucidez nos relate que en 1956 a sus 17 años de edad en la G.U.E. Pedro Labarthe de la ciudad capital, con sus compañeros de estudios Raúl Valdivia y Rafael Ríos, se animaran a formar el trío Labarthe. Luego participaría en un concurso de Canto Interescolar en la Plaza Bolognesi. Allí conoce a Isidoro Berrocal lo mismo que a Modesto Pastor -hoy con Los Morunos-. El estilo “Berrocal”, sui géneris para su época, se introduce rápidamente por el bordonear de la primera guitarra del maestro Vento. Comienzan sus primeras grabaciones en discos de carbón para el sello MAG, con los valses: Desprecio y Nunca podrán. Otras como Payaso; y Vida, que le pertenecen. Vendrían muchas giras por el norte del país y Ecuador en donde todavía se escuchan sus canciones. Don Rolando evoca además, actuaciones y grabaciones hechas acompañando en la primera guitarra a Edwin Montoya “El Puquiano de Oro”, Los Labriegos del Perú, Los Victorianos; Los Sinchis, al lado de Alberto de Lima y José Dávalos; también a Los Palomillas de Héctor García. De la misma manera a las grandes del criollismo Jesús Vásquez, Delia Vallejos, Eloísa Angulo, Alicia Lizárraga. Mientras que en Arequipa lo hizo con el trío que lleva ese nombre AQP (Melvin Alarcón- Calderón), Los Amautas (Lucho Manrique y Guillermo Calderón). En los últimos 20 años secundando magistralmente a los eternos Dávalos, Víctor y José en actuaciones realizadas en el Perú y el extranjero. Al concluir este diálogo Don Rolando comenta que tiene las fuerzas suficientes para continuar en el trabajo por nuestra música y ahora con mayor razón que tiene el cariño inmenso de su nieta Andreita y el aliento de su esposa Lili, de sus hijos Brenda, Rosa, Magali y Víctor Jr. Aparte de quienes admiramos su grandeza.