Si vamos a tomar como cierto todo lo que dicen los documentos que emite el Equipo de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (Eficcop), tendríamos que dudar muy seriamente de la idoneidad de los siete miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), quienes se habrían dejado presionar para que nombren a Patricia Benavides como fiscal suprema y a Juan Antonio Fernández Jerí como titular de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público.
Ayer, con motivo del allanamiento a casas y oficinas del exministro aprista Hernán Garrido Lecca, de José Luis Huayón y otras personas señaladas de ser parte del entorno de la suspendida exfiscal de la Nación, Patricia Benavides, se supo que el Eficcop ha establecido que estas personas ejercieron presión sobre la JNJ, a la que algunos sectores consideran casi un “bastión de la democracia”, por lo que el Congreso no puede atreverse a investigar ni echar a sus miembros.
Si la JNJ también está metida en estas movidas nada santas como para dejarse presionar, ¿por qué tiene tantos defensores y por lo menos no se han allanado sus oficinas como sí se ha hecho con otras personas e instituciones? Incluso la presidenta Dina Boluarte ha salido en defensa de este colegiado que, dicho sea de paso, realiza un pésimo trabajo si tenemos en cuenta la calidad de los jueces y fiscales que todos los días vemos liberando delincuentes.
A juzgar por lo señalado por el Efcoop en los documentos que sustentan los allanamientos de la madrugada de ayer, y que han sido validados por un juez, la actual JNJ, que ayer se ha defendido con un comunicado, no se diferenciaría mucho del putrefacto Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) que según el Ministerio Público fue infiltrado por “los hermanitos” y por José Luna para que se nombre magistrados afines a sus intereses políticos, económicos y judiciales.
Lamentablemente tenemos hoy un Ministerio Público en el que no se puede confiar, por lo que, como he dicho antes en este mismo espacio, debería ser renovado en su totalidad, pues con la tremendamente cuestionada Patricia Benavides y su gente; y con quienes actualmente están al frente de la institución con fiscales ideologizados que no muestran ningún resultado en la lucha contra la corrupción, queda claro que no vamos a ninguna parte.