¿"Compañero" Ollanta?
¿"Compañero" Ollanta?

El presidente Ollanta Humala tiene todo el derecho de defender a su esposa y denunciar las campañas que considere en su contra, pero hoy el punto no es más si Nadine Heredia puede seguir opinando y participando en la toma de decisiones en el Ejecutivo, sino cuánto afecta ello a la gobernabilidad y a la figura del Mandatario. Según Datum, 73% a nivel nacional ya le contestó: la injerencia de Nadine es negativa. Ojo, no es la opinión de este escriba y demás "opinólogos". Un porcentaje importante de la población (62%) cree que es ella quien manda y siete de cada diez encuestados piensan que esto es nefasto para el país.

¿Es injusta esta valoración? Puede ser, pero de lo que se trata ahora es de analizar qué puede hacer Humala -si lo desea, por supuesto- para recuperar terreno y preservar la figura de su más importante vocera. Porque no se puede mezquinar la efectividad de Heredia para ciertas tareas, pero sí alertar cuando dicha función lesiona el liderazgo del Mandatario y genera un problema institucional. El Presidente ha preferido denunciar una "campaña asquerosa" orquestada por un sector de la prensa para afectar a Nadine, cabeza del Partido Nacionalista (por obra y gracia de él mismo), pero desde ya le advertimos que victimizarla no será la estrategia que les permita superar la crisis.

Sin embargo, ya antes Nadine pudo revertir tendencias. Según Datum, en marzo del 2013 su desaprobación alcanzaba un aceptable 32%, pero su sobrexposición llevó a que en agosto subiera a un peligroso 57%. ¿Qué ocurrió entonces? Muy simple: optó por un retiro estratégico, lo que le permitió recuperar terreno al punto que en noviembre su desaprobación se redujo hasta un 47% (¡10 puntos menos!). Luego volvería a incurrir en los excesos que todos hemos criticado hasta la apoteosis que significó cargarse al gabinete Villanueva, lo que ha disparado su rechazo hasta un inédito 69%.

La estrategia de victimización que le ha sido prescrita por sus asesores servirá de poco al Mandatario. Menos la precarización de su discurso, que lo ha llevado a sazonar adjetivos a diestra y siniestra. Y ni hablar de "voceras" como la congresista oficialista Julia Teves, quien aseguró ayer que Nadine coordina los temas del Ejecutivo con la bancada, ¡cuando esa es función del Primer Ministro!

Quien debe sonreír de oreja a oreja es Alan García, un gran experto en pescar a río revuelto y quien andará saboreando esta ópera bufa con miras al 2016. ¡Cuidado! No vaya a ser que nuevamente nadie sepa para quién trabaja, Presidente.