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En pleno Centro de Lima, en los jirones Ucayali y Carabaya, una construcción sorprende a los que pasan por el lugar, en especial por la cinta amarilla y carteles colocados en la fachada donde se lee: “Municipalidad Metropolitana: Edificio en demolición”.

La medida es toda una novedad, si sabemos de la hegemonía que tiene la informalidad en las entidades públicas, en especial gobiernos municipales, donde decretos y ordenanzas existen en el papel, empero en su cumplimiento son un saludo a la bandera.

Es decir, hay normas que quedan en un papel y su vigencia es dejada de lado, atentando en el orden de una ciudad en crecimiento.

Hoy en día, obreros de la Municipalidad de Lima, con los equipos necesarios, demuelen este edificio ubicado en el corazón de la capital y la gente que pasa por ahí se queda sorprendida, más aún el inmueble fue construido hace más de una década, tiempo en el cual había un proceso judicial que imposibilitaba hacer respetar la ordenanza municipal.

Ha salido el fallo del Poder Judicial y se está cumpliendo -por fin- una resolución edil, y eso debe ser ejemplo para otros gobiernos locales para que hagan respetar las ordenanzas que existen.

En Arequipa, por ejemplo, hay diferentes edificaciones construidas en el Centro Histórico de la ciudad, empero varias de ellas carecen de las autorizaciones del caso, y con prepotencia operan diferentes negocios.

En este sentido, este es un llamado a las autoridades locales para que pongan mano firme y hagan respetar los procedimientos de las construcciones, que en muchos casos primero se ejecutan para después pedir -recién- las licencias o autorizaciones correspondientes para que funcionen locales comerciales.