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Desde el lunes último los ánimos en el Congreso están caldeados y la cosa sin duda se pondrá peor hasta el sábado, en que deben presentarse las listas para la Mesa Directiva y realizarse las elecciones. Todo esto tiene como telón de fondo la aprobación de las reformas planteadas por el Poder Ejecutivo, que en teoría tendrían que estar listas mañana. Sin embargo, todo se complica con el alto nivel de confrontación que vemos en la Plaza Bolívar.

Lamentablemente, en el enfrentamiento visto en los últimos días el Poder Ejecutivo también tiene parte de responsabilidad, pues la llamada telefónica del premier Salvador del Solar a la presidenta de la Comisión de Ética, la exoficialista Janet Sánchez, para “sugerirle” que postergue la vista del caso que implica a Daniel Salaverry, presidente del Congreso ya en nueva bancada, en presuntas irregularidades en rendiciones de cuentas de viáticos, ha sido una tremenda metida de pata.

Es positivo que ayer se haya acordado citar al premier Del Solar para que explique esta evidente intromisión del Ejecutivo en el Congreso a través de la congresista Sánchez, con la intención de salvar a Salaverry, quien a todas luces es otro de los grandes causantes del desmadre de estos días, quizá en su afán por permanecer en el cargo un año más. Ahí está su impensada maniobra para hacer posible el retorno de Kenji Fujimori y de dos de sus “Avengers”.

Casi al mismo tiempo, ayer por la mañana se ha formalizado la creación en el Congreso de la bancada Contigo, integrada por exmiembros del oficialista Peruanos Por el Kambio (PPK). Todos ellos ahora son severos críticos de la gestión del presidente Martín Vizcarra. Habrá que ver si este nuevo grupo de cinco integrantes inclina para algún lado la balanza en las peleadas elecciones del sábado de la Mesa Directiva.

Días complicados y hasta oscuros en un Congreso para el olvido que en el último año se ha esmerado en hundirse más en el descrédito y el rechazo ciudadano. Ahí están además los Becerriles, los Lescanos, los Mamanis y los Donayres, mientras que el Ejecutivo se la ha pasado presionando y pechando para subir su popularidad a costa de reformas apuradas que quizá, en su totalidad, no logren ver la luz. Sin duda hay mucho por cambiar acá.