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En el Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, la presidenta Bachelet ordenó abrir un champán Moët & Chandon y, junto a sus ministros y asesores, dijo: El Congreso peruano ya aprobó nuestra ley LATAM, chita la payasá, ¡salud po! ¡Viva Diego Portales!

Sí, aunque parezca mentira, el Congreso peruano aprobó el PL 551 con votos de la bancada fujimorista, y la más beneficiada con esta iniciativa es la empresa de capitales chilenos LATAM. Una ley con nombre propio.

Con dicho PL, buscan extender por cinco años adicionales un régimen de admisión temporal de aeronaves y equipos conexos.

Este PL, que no cuenta con el aval del Poder Ejecutivo, y que debe ser observado, haría perder al Estado peruano $2000 millones los próximos 5 años por impuestos no pagados.

Maquiavelo decía: “Piensa mal y acertarás”. Yo no tengo ninguna razón para decir que la monopólica y abusiva empresa chilena haya financiado la campaña de Keiko pero ¿tanta coincidencia?

Todos los que postulan al Congreso nos dicen que van a defender a las grandes mayorías, que los pobres serán representados, y cuando llegan al poder -no todos-, hacen exactamente lo contrario: legislan para las grandes empresas.

Además, la ley de marras nació mal, se aprobó con 57 votos a favor y 41 en contra; se olvidaron de que las leyes que modifican tributos deben aprobarse con mayoría calificada, es decir, dos tercios del número legal de congresistas, y necesitan necesariamente una segunda votación en la siguiente legislatura.