En el Mar Peruano existen dos pesquerías bien definidas: la formal y la ilegal.

La pesquería formal convive hace varios años de manera pacífica con el medio ambiente. Muestra de ello, es la estabilidad de la biomasa de anchoveta que alcanza los 8.5 millones TM; el regreso en abundancia del jurel, que nos había abandonado hace unos años; así como la reducción de los residuos y gases contaminantes, producto de una inversión superior a los 500 millones de dólares que ha realizado el sector pesquero para lograr una verdadera economía circular, que incluye la renovación e innovación de equipos, así como el cambio de matriz energética.

Sin embargo, a vista y paciencia de todos, opera también la pesca negra. Esa que, en el mundo, mueve más de 23 mil millones de dólares al año y, solo en el Perú, más de 500 millones de dólares anuales, según el PRODUCE, además de atentar contra nuestro patrimonio natural.

Por ello, saludamos que PRODUCE haya creado un grupo de trabajo multisectorial para tomar acciones contra la pesca ilegal, se fiscalice adecuadamente y se ponga fin a uno de los negocios más lucrativos del mundo, incorporando así a más actores en la ruta de la sostenibilidad.

Mientras tanto, en la otra orilla, sorprende que, iniciativas como la Reserva Nacional Dorsal de Nasca (RNDN), que tiene como propósito proteger el patrimonio natural, no precise, de manera clara, la disponibilidad de recursos en la zona en base a los argumentos científicos de los expertos, y a su vez, resulte imprecisa en lo que se refiere a la actividad de la flota industrial para el consumo humano indirecto y a la pesquería de jurel y caballa.

La RNDN es un espacio natural intacto, un hábitat de especies inexploradas, y donde no ha intervenido la actividad pesquera industrial, que se realiza en aguas superficiales; y desde tiempos inmemorables convive y convivirá pacíficamente con la naturaleza; ello siempre y cuando los sesgos ideológicos de unos cuantos no sigan distorsionando la realidad, con la única motivación de ganarse el aplauso fácil de los organismos internacionales, que tienen una relación de prioridades distinta a la del país. Estaremos atentos a que ello sea corregido a la brevedad.