En su exposición de ayer ante el país, el presidente Martín Vizcarra ha dado cifras muy crudas del avance de la expansión del coronavirus en el Perú. Desde el viernes último hasta ayer, hemos tenido 145 fallecidos más, mientras los casos se incrementan y se reduce el número de camas UCI disponibles en Lima y el interior del país.

Se vienen días más complicados aún para el Perú. Lamentablemente, pese a este panorama, resulta inaudito que se sigan reportando irregularidades y actos de corrupción en medio de esta descomunal tragedia. Como ha dicho ayer el mandatario, los responsables merecen una sanción aún mayor por estar en tiempos de crisis.

El Ministerio Público está haciendo su trabajo al igual que la Contraloría, que ha detectado muchas irregularidades en el reparto de alimentos por parte de las municipalidades.

El caso de los respiradores del Hospital de Ate es patético. Sin embargo, más allá de eso, queda claro que en el Perú la corrupción no descansa ni cuando la gente, literalmente, se muere en la calle, lo cual es inaceptable y merece ser sancionado con mucho rigor.