Cuando el sistema de justicia debía mantenerse al margen del proceso electoral de por sí complicado para todos, vemos situaciones que, sin lugar a duda, no son producto de la coincidencia, la cual, como bien sabemos, en política no existe, al menos en nuestro país. Estamos ante una situación de incertidumbre por el conteo de votos para que las autoridades electorales, y solo ellas, establezcan quién ganó la segunda vuelta entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori.
Primero vimos, tal como lo publicó Perú 21, la sospechosa postergación de parte del Ministerio Público, específicamente del fiscal coordinador nacional de las fiscalías anticorrupción, Omar Tello, de una diligencia en la que se debía detener a 37 hombres cercanos a Vladimir Cerrón por presuntos actos de corrupción cometidos en el Gobierno Regional de Junín. Incluso algunos de ellos pertenecen a Perú Libre. ¿A ellos ni con el pétalo de una rosa cuando estaban en juego los votos?
Luego se hizo pública la anulación de la condena por corrupción dictada contra Cerrón. El autor fue un juez de Huancavelica. Todo sucedió tres días después de las elecciones. La cosa fue tan surrealista y escandalosa, que a los pocos minutos de conocida la información tuvo que salir la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial (Ocma), a anunciar el inicio de una investigación contra el magistrado con el que el dueño de Perú Libre debe estar muy agradecido.
Ayer jueves se supo, de otro lado, que el fiscal José Domingo Pérez, pidió nuevamente prisión preventiva contra Keiko Fujimori por supuestamente violar las normas de conducta impuestas para afrontar su proceso judicial en libertad. La campaña no acaba y el conteo de votos sigue por más que el inclasificable presidente argentino, Alberto Fernández, crea lo contrario, pero el magistrado ya la quiere ver presa. Si quería recuperar algo el protagonismo y el aplauso de sus seguidores, de hecho ha logrado.
¿Qué extraño todo, verdad? Queda a los peruanos estar muy vigilantes de lo que pueda suceder mientras no termina el proceso electoral. Lástima que hechos como los mencionados que siembran dudas, vengan de instituciones llamadas por la Constitución a la neutralidad y a mantenerse alejadas de los trajines propios de la política, más aún en momentos cruciales para el país.