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Cuando ciertos personajes se llenaban la boca calificando de histórico el debate descentralizado de los candidatos a la Presidencia, me tenía que morder la lengua. ¿Que no les dará vergüenza subrayar que por primera vez en toda la historia republicana, hasta el show de la política lo hayamos tenido centralizado? Me parece que si seguimos buscándole soluciones políticas al centralismo no vamos a avanzar mucho porque no es un problema político, es un asunto educativo, de mentalidad, de prejuicios. El centralismo es una tara mental. Comienza desde el mismo momento en que la gente decide hablar del ustedes y el nosotros. El centralismo se parece el etnocentrismo, y tiene algo del chovinismo (chauvinismo también le dicen). Los candidatos a la Presidencia lo intentan disimular pero se les sale por los poros. Es que esa tara se les pega a los mismos provincianos que se alimeñizan y terminan repudiando a sus mismos paisanos (serranos de m, cholos de m)¡ con lo cual la enfermedad adquiere su tono racista. Los candidatos deberían manejar la geografía mejor que Fernando Belaunde frente a su clásico mapa y no debería ser funcionario publico nadie que no haya viajado de Tumbes a Tacna y de Lima a Madre de Dios o Loreto. Y por otras partes del mundo, para vacunarse de esa tara mental que te hace creer que estás en el centro del mundo. Y para aprender que existen tantas formas de pensar como de personas, y pueblos. Les apuesto que, de ser así, no tendríamos la mayoría de los conflictos sociales por cuestiones ambientales o mineras. Para consolarnos le echamos la culpa a los revoltosos y radicales de izquierda, que los hay, pero no contamos en que hay una mayoría no ideologizada que mira complaciente el rechazo porque sin ser de izquierda, no le gusta el centralismo. A propósito del debate llegó un funcionario que quería entrevistarse con dos dirigentes empresariales de Piura y no tuvo mejor idea que citarlos en día y hora a una oficina de su dependencia. Cuando recibieron el mensaje no se molestaron, solo se rieron y dijeron: Dile a tu amigo que se ubique.