GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Las atrocidades cometidas por la dictadura de Nicolás Maduro van llegando a extremos difíciles de catalogar. En las últimas horas, la tiranía ha optado por bloquear con contenedores y una tolva de camión cisterna el puente Tienditas, en la zona de Cúcuta, frontera con Colombia, para evitar el ingreso de ayuda humanitaria destinada a aliviar la carencia de alimentos, medicinas y demás productos de primera necesidad que padecen los venezolanos.

A Maduro no le importa lo que pase con los habitantes de su país con tal de que no se haga efectivo el ingreso de la ayuda convocada por el presidente interino Juan Guaidó, quien ya ha sido reconocido como gobernante de Venezuela por casi 40 países, entre ellos el Perú, líder de una iniciativa en la región llamada Grupo de Lima, que promueve el retorno a la democracia en esa nación, gobernada desde hace 20 años por el chavismo, que se hace llamar “revolucionario”.

Y pensar que esta tiranía que no deja que ingresen alimentos y medicinas tiene defensores en el Perú y hasta en el Congreso. No olvidemos a los seguidores de Verónika Mendoza y de Marco Arana, quienes con el argumento de la “no injerencia en los asuntos internos de Venezuela” prefieren mirar al costado y no tener una palabra de condena a los excesos de Maduro y su camarilla de civiles y militares que en su momento tendrán que responder ante la justicia internacional.

Ahí están, pues, los que se llenan la boca hablando de “solidaridad”, de la “defensa de los más necesitados” y del “respeto a los derechos humanos”. Tengamos muy en cuenta todo este doble discurso para cuando en el 2021 vengan a pedir el voto de los peruanos con el cuento de la “justicia social” y la “igualdad”. En ese momento sería buenos recordarles su postura ante la dictadura de Maduro o “Nico”, como era llamado en las agendas de Nadine Heredia.

Lo que está haciendo Maduro, y más ahora con su intento de frenar el ingreso de alimentos y medicinas gestionadas por Guaidó mediante el bloqueo del puente Tienditas, es un crimen que debería ser condenado por quienes tengan un mínimo de sentido de humanidad y por todas las democracias, que no pueden permanecer indiferentes ante los excesos de un régimen que ojalá caiga pronto de acuerdo con los mecanismos legales que rigen a Venezuela.