Directo y claro: “…aquellos países que no respeten la democracia no van a recibir su invitación”. Lo dijo el subsecretario estadounidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols. No solamente fue como reza el refrán “a buen entendedor pocas palabras”. Nada de eso. Nichols ha dicho expresamente que “Cuba, Nicaragua y Venezuela no respetan la carta democrática de las Américas” por lo que no serán invitadas a la Cumbre de las Américas que cada cuatro años se celebra en uno de los 35 países del continente. No me sorprende la noticia. Más bien la esperaba de la nación que ha pregonado la democracia como su mayor baluarte desde 1776 en que se hicieron Estado independiente de Inglaterra.

Al cierre de esta columna, la cancillería peruana no se ha pronunciado sobre la decisión soberana del país que precisamente dio origen a estas reuniones de jefes de Estado de las Américas, en 1994, en la ciudad de Miami, Florida. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticado por mí desde que era candidato -nunca por ser un político de izquierda sino por su discurso excéntrico, trasnochado y de reiterados enfrentamientos históricos-, ha salido al frente con su desacuerdo por la medida de la Casa Blanca.

Por lo menos AMLO lo ha dicho, en cambio, los últimos cancilleres que hemos tenido, aconsejados por diplomáticos del statu quo y del confort, han acostumbrado a los mandatarios de turno a la posición ambigua, esperando por donde viran los pronunciamientos, manteniendo al país en los desfiladeros de la vergüenza de la política internacional americana, salvo a Pedro Pablo Kuczynski con quien no pudieron y para ser justos, stricto sensu, se enfrentó a Venezuela a pecho abierto todo el tiempo de su corto gobierno, y su sucesor, Martín Vizcarra, aunque para librarse de la timorata práctica de algunos de nuestros diplomáticos, se mantuvo firme en la desinvitación a Nicolás Maduro, a poco de la cumbre de Lima (2018), amenazando llegar por tierra, mar o aire.

Para EE.UU. es evidente que C, N y V no estarán en la reunión en Los Ángeles de  junio próximo, sencillamente porque no practican ni respetan la democracia y constatarlo no será difícil para nadie. El Perú, eso sí, no puede dejar de asistir y nada de solidaridades con C,N o V, pues lejos del hegemón será como dispararse a los pies.