El gobierno de Pedro Castillo ya ha dado su palabra, pero hasta no verlo concretado todo queda en simplemente palabras. El destrabe del proyecto especial Chavimochic es de suma importancia no solo para La Libertad, sino también para el país. El Estado peruano pierde 2 mil millones de dólares por año, y se están dejando de generar 150 mil empleos no solo en la zona. Ya estamos a poco del tan esperado destrabe, pero ¿y si la crisis política que no acaba se tumba eso? En La Libertad muchos comen ansias, y es sumamente comprensible.

Mientras el gobierno siga alargando la situación será peor. La empresa concesionaria ya ha presentado sendos documentos en los que hace expresa su intención de desistir del laudo arbitral que entorpece el retorno de las obras. Esto oficializa lo que la misma empresa adelantó en una reunión con el Ministerio de Agricultura realizada el pasado 11 de marzo. La mesa está servida.

En la última semana, al visitar la provincia de Pataz por el trágico deslizamiento ocurrido en Retamas, en el distrito de Parcoy, el presidente Pedro Castillo le aseguró al gobernador de La Libertad, Manuel Llempén, que su compromiso de destrabar Chavimochic sigue intacto.

Todos los factores están ahí, todas las cartas se encuentran sobre la mesa. Pero los días se suceden y no se concreta aquello que ya está a un paso. Solo falta la decisión final y oficial del gobierno.

Que Castillo honre su palabra sin cálculos políticos. En cuanto más pronto, mejor. Ya hemos perdido cinco años en estos desencuentros y ausencias de decisiones políticas en los tres periodos accidentados y cortos de gobierno que hemos tenido. Cumpla usted, señor Castillo, ¿o acaso está esperando alguna respuesta en forma de votos previa al proceso de vacancia en su contra en el Congreso de la República?