Cuando muchas veces escuchamos a algunas figuras de la televisión decir con naturalidad pasmosa que a  ellos no les interesa el rating, y que eso se lo dejan a otros, nos causa sorpresa, por decir lo menos. Quienes integran de una u otra forma la industria televisiva, quiéranlo o no, dependen de la audiencia que es vital para la permanencia de programas y figuras; por eso, aparentar que no es importante para sus vidas es totalmente falso. Marcelo Tinelli, poderoso hombre de la televisión argentina recordó hace algunos días lo que para él significa el rating: ‘yo trabajo para hacer buen rating y que lo vea la mayor cantidad de gente posible. Y no me avergüenzo de decirlo. Trato de hacer un buen programa, con algunos errores y aciertos, pero que lo vea la mayor cantidad de gente’, escribió tratando de ser honesto. Y el argentino no la está pasando muy bien en este 2022, la audiencia de “Canta conmigo ahora”, que exigió una inversión millonaria para su productora, no ha dado los resultados que esperaban y por eso se encuentra replanteando sus próximos pasos. En terrenos locales, lo mismo sucedió con Gisela Valcárcel, que no espero mucho para darse cuenta que su formato de “La Gran estrella” no le daba los números que esperaban sus auspiciadores y dio por terminado el programa para volver a “El Gran Show. Así se maneja la industria, de realidades, de números, de decisiones drásticas que deben tomarse en tiempos no muy buenos para la señal abierta. No es novedad que la aparición cada vez más de plataformas de contenidos audiovisuales ha cambiado la oferta y la forma de consumo de los televidentes que exigen cambios drásticos en la industria.  Y producto de estos cambios en el medio televisivo fue lo que sucedió con “En boca de todos”, que terminó su ciclo, para nos imaginamos, dar paso a una propuesta distinta que encaje en el horario del mediodía. Inclusive ya hay una campaña de intriga anunciando el proyecto que están “cocinando” para ese horario. Es que, hoy más que nunca, no hay posibilidad de  quedarse atrás en una carrera que es dura y de mucha competencia, la television comercial exige para productores y figuras a refrescar su ofertas si es que no quieren quedar a la zaga. Es un asunto de vida o muerte televisiva.

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