De disfraces y aventuras
De disfraces y aventuras

No estamos en carnavales, pero los disfraces y las palabras virulentas proliferan. Nadine Heredia se victimiza con audacia por presunta persecución con afanes de liquidación política. Nadie mejor que ella para conocer hasta dónde podría escalar el operativo penal que los afecta cuando pasamos de las sospechas a las investigaciones y de estas a los resultados preliminares en temas que deberían ser abordados con transparencia y respuestas políticas más que legales. Pero no lo entienden. Continúan creyendo en la suerte que los acompañó para llegar al poder, que comenzó con el financiamiento de la campaña electoral con dineros foráneos y prosiguió con el voluntarismo convertido en aventurerismo político. Pero el camino que cierra las distancias entre las aventuras y las desventuras podría haberse iniciado para quienes pasaron de la “Gran Transformación” a la “Hoja de Ruta” y de esta al engaño político.

El “aventurerismo” es la puesta en marcha de proyectos y empresas sin el análisis previo ni la preparación ni el acopio de medios necesarios para realizarlos. La pareja ganó o recibió mucho dinero sin trabajar y su discurso por los pobres se despinta; ni son trabajadores ni se interesan en los trabajadores. Son o han sido aventureros con suerte. Pero toda aventura es arriesgada con eventos impredecibles, la incertidumbre ronda, no sabemos lo que puede venir en denuncias que podrían ser devastadoras. El barco hace agua por el flanco mayor que es el de la deshonestidad. Los aventureros tienen siempre posibilidad de salir airosos, pero es difícil cuando de la improvisación surge la soberbia o la impostación del poder. Asumieron el riesgo en su práctica de gobernar, pero su tiempo y su suerte podría estar cambiando.

En el Congreso manda la oposición. Lograron la aprobación a las facultades delegadas, pero sufrieron la demostración de fuerza que fue la exoneración de las gratificaciones. Quieren recuperar poder y conducción eficaz durante un periodo complicado, que coincide con la del pato cojo con todos los bemoles de una campaña electoral en la cual el partido de gobierno participará por interés de protección propia a su controvertida presidenta. La reingeniería liderada por Pedro Cateriano liderará el último tramo, pero en el Congreso no tendrán el control. Se necesita estabilidad política, deberán abstenerse de provocaciones mientras la oposición asume la responsabilidad política de concertar, dialogar y hacer un imperativo control de daños.

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