Las noticias negativas siempre llegan y nuestra realidad climática es un aporte a ellas, porque esta es fragmentada y fluye de manera rápida y desordenada.

Otro hecho que debemos tener en cuenta es la tecnología. Hoy está mucho mejor que años atrás, pero si bien encontramos información más exacta, esto no quiere decir que nunca existieron hechos del pasado. Por ejemplo, la gran burbuja de agua cálida más grande que Australia que figura en todas las redes, que se encargan de difundirla. Entonces el peruano esta imaginando que se nos cae el mundo porque así lo venden y si le incluyen las lluvias estacionales, crece el caos.

Un ejemplo es lo que está pasando con Estados Unidos e Irak. Es un fenómeno global como el calentamiento o el fenómeno El Niño, pero en esa escala, pregunto: ¿nos afecta directamente a los peruanos esta noticia? No. Ahora, si se genera una guerra mundial, sí nos afectaría. Entonces debemos estar preparados, pero por el momento debemos seguir preocupándonos por nuestra realidad: el narcoterrorismo, la tala, minería ilegal y otros.

Si vamos a la parte climática, ¿es importante denominar o cualificar si es o no fenómeno El Niño? ¿O si el calentamiento acentúa los eventos climáticos en el mundo? ¿es prioridad? No. Lo más importante es enfocarnos en vigilar primero lo que sucede en nuestro país.

Debemos acostumbrarnos a la realidad nacional, a nuestra variabilidad climática estacional que, con buenos instrumentos y capacidades peruanas, nos permitiría defender nuestro país de los eventos climáticos, lamentablemente llamados adversos. Incluso podríamos sacar beneficios de ellos.

Esto no significa que ignoremos los problemas globales. Lo que debemos hacer es ver al país con una saludable porción de escepticismo, y enfrentar el reto de la vigilancia real para lograr redimir el exceso de noticias negativas.

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