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La subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de la República recibió ayer el informe final sobre el pedido de desafuero de los legisladores Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel. Este grupo de trabajo debatirá dicho caso y luego irá a votación. Ello constituye el inicio del proceso contra los autodenominados “Avengers”. Si el documento es aprobado, se elevará a la Comisión Permanente; si se ratifica, se trasladará al Pleno del Congreso, que determinará la suerte de los parlamentarios.

Todo indica que el informe entregado por el congresista César Segura es riguroso; dicho documento considera que los tres están involucrados en el caso de compra de votos para no vacar a Pedro Pablo Kuczynski y se les imputa algunos delitos. Segura presidió la comisión disciplinaria de Fuerza Popular, que decidió expulsar a Kenji Fujimori y a Bienvenido Ramírez; por eso nadie duda que el documento presentado ayer sea lapidario.

Lo importante es que estos procesos sean justos y que se definan con transparencia hasta las últimas consecuencias. De acuerdo con las encuestas y el sentir de la gente, los peruanos perciben que en el Congreso existe un pacto perverso, según el cual sus miembros toleran la desidia, la incapacidad y las irregularidades de sus colegas. Como dice la frase muy popular: “Otorongo no come otorongo”.

Evidentemente, todo debe realizarse sin abusos, con respeto estricto a las normas y con plena conciencia de la importancia de los valores, no solo para fortalecer la imagen del Congreso, sino también para hacer avanzar al país.