La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - UNESCO, declaró cada 8 de setiembre, como hoy, “Día Internacional de la Alfabetización”.

En efecto, fue en el marco de su décimo cuarta sesión del 26 de octubre de 1966, y lo hizo con la finalidad de recordar a la sociedad internacional la importancia de que las poblaciones sean alfabetizadas, es decir, que lograran saber leer y escribir, como derecho humano inmanente e innegociable. Para eso, la referida fecha de celebración también apunta a los esfuerzos nacionales e internacionales para lograr consenso planetario en la adopción de políticas nacionales y también en el ámbito multilateral, en la idea de que no quede en el mundo persona sin merecer el derecho humano a ser cultivado como los demás en la escritura y la lectura.

Nadie podría desconocer que esta categoría de derecho humano se torna cada vez más relevante en el mundo en que vivimos, a pesar de los estragos que viene produciendo la pandemia del Covid-19. Ello explica por qué razón la tarea de la alfabetización es central para alcanzar los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible que se hallan inscritos en el marco de la Agenda 2030, que fuera aprobada 6 años atrás.

Mientras estudiaba en San Marcos en los años ochenta y el inicio de los noventa, fui profesor en la nocturna del Colegio San Vicente de Paúl de Surquillo y gran parte de los estudiantes eran jóvenes y adultos que laboraban en diversos oficios y comercios durante el día.

Las ganas por salir adelante y superando diversas barreras propias de quienes decididamente tenían la convicción de cambiar cualitativamente sus vidas, llevó a muchos peruanos en esa modalidad de aprendizaje a convertirse en verdaderos triunfadores en la vida. Nadie debe quedarse analfabeto y quienes por desidia lo permitan, deberían ser imputados por lesa cultura. Cerca de 760 millones de personas en el mundo no saben leer ni escribir, y de ellas, 2/3 son mujeres.

En América Latina con más de 630 millones de habitantes, unos 30 millones son analfabetos, y en el Perú, llegan a 1,36 millones. La pandemia podría haber cambiado estas cifras. Hay que dedicarle máxima atención a esta tarea que es fundamental entre las obligaciones de la sociedad y el Estado.