Al día siguiente que el presidente Martín Vizcarra dijo que le parecía un exceso la interpelación a sus ministros en plena emergencia, el Congreso respondió con dos mociones más contra el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, y el ministro de Justicia, Fernando Castañeda. Este parece ser un nuevo capítulo de los enfrentamientos de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Y ya se sabe, los choques y fricciones solo generan división y un pésimo mensaje a la sociedad.

“Deben confrontar sus fracasos de gestión. El país requiere respuestas con urgencia”, manifestó el congresista José Vega, uno de los líderes de la bancada de UPP, ante el pedido de compresión de algunos ministros ya que tienen gran cantidad de actividades en medio de la emergencia.

Más allá de estos dimes y diretes, el país espera madurez y responsabilidad de la clase política. La gente pasa una mala racha económica y muchas penurias para llevar un pan a su casa. Gobierno y Congreso deben trabajar por un proyecto efectivo para resolver las necesidades de los más vulnerables. Todo lo demás sonará a engaño y a peleas por intereses personales o partidarios. Es importante que le presten atención a atender los problemas de los ciudadanos luego de más de cien días de cuarentena. Dependiendo de eso, se robustecerá o debilitará la confianza en estos poderes.