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El expresidente de Chile Sebastián Piñera nos volvió a visitar. Esta vez no mostró una espada desenvainada en términos verbales como si lo hizo en la oportunidad anterior que vino a Lima, hace dos años. Pero en el fondo volvió a sostener lo insostenible. En la entrevista publicada ayer en El Comercio, dijo: “El fallo de La Haya… estableció con mucha claridad que el límite marítimo comienza en el Hito 1…”. Esa respuesta debió ser replicada o ampliada con otra pregunta por la periodista, pero eso no fue así. Piñera mantiene a la fecha un error conceptual sustantivo o, como buen patriota, no ha escatimado la oportunidad para reiterar su posición, que de paso es la de diversos círculos chilenos, jamás desmentidos por la Cancillería mapocha. Me preocupa que luego de la entrevista no haya habido reacciones de autoridades, políticos, otros académicos, etc., para aclarar al exjefe de Estado chileno. Ahora bien, es verdad que el tema del triángulo terrestre, también consultado en la entrevista, y sobre el cual Piñera no desaprovechó para decir que “allí tenemos posiciones distintas…”, no debe focalizar la relación bilateral, por eso hizo bien el presidente Pedro Pablo Kuczynski en enfatizar en su momento que este asunto no sería una prioridad en la política exterior del Perú hacia Chile. Pero esto último, sin que sea menos importante, es cuestión distinta a lo reafirmado por Piñera, dado que se está refiriendo al límite marítimo establecido por la Corte Internacional de Justicia y sobre el cual no puede haber ninguna duda para Chile de que dicho límite es el punto de intersección de la proyección del paralelo que pasa por el Hito N° 1 y la baja marea, en la orilla del mar. Hay que hacer docencia aquí como en Chile para que quede claro que el Hito N° 1 se encuentra ubicado tierra adentro y que es un punto demarcatorio terrestre (1930) que nada tiene que ver con punto de delimitación marítima (2014).