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Luego de ver el debate de ayer en la Comisión de Levantamiento de Inmunidad Parlamentaria, en que con el voto del fujimorismo se acordó pedir una opinión a la Comisión de Constitución para ver si es posible que el congresista Edwin Donayre cumpla su condena de prisión efectiva por el robo de gasolina en el Ejército, por lo cual ya ha sido sentenciado, queda claro que ese mecanismo de protección a los legisladores tiene que ser eliminado de una buena vez.

La condena a Donayre fue dictada el 27 de agosto del año pasado por un hecho ocurrido en la década anterior, cuando el legislador era un general del Ejército y sus funciones nada tenían que ver con el Congreso. Sin embargo, gracias a la inmunidad obtenida en julio del 2016, y al voto “naranja” -que se valió de un vacío en el reglamento-, este padre de la patria aún no es enviado a un penal con el resto de sus coacusados para que cumpla sus cinco años y medio de arresto.

Pero no solo eso. El condenado Donayre sigue ejerciendo labores legislativas y cobrando su sueldo pese a la pena vigente, y todo porque hay un sistema perverso llamado inmunidad parlamentaria, muy bien explotado esta vez por los fujimoristas, que en la práctica solo está sirviendo para blindar a un sentenciado por la justicia que gracias a los votos bienintencionados o ingenuos de los peruanos se ha convertido en intocable.

Desde agosto hasta la fecha el Poder Judicial ha cumplido con pedir al Congreso que autorice que Donayre vaya preso, pero todo sigue en suspenso. Ahora será la Comisión de Constitución la que debe dar una opinión al respecto, aunque no sea vinculante. El pintoresco general retirado debe estar muy agradecido con los fujimoristas. Parece que ser congresista hiciera que los peruanos se conviertan en ciudadanos VIP, por encima del común de los mortales.

Sería bueno que este Congreso deje de lado la infame premisa de “otorongo no come otorongo” y de una vez mande al tacho la “impunidad” parlamentaria, que ya ha salvado a varios del Poder Judicial. Mientras tanto, los fujimoristas deberían darles una buena explicación a los peruanos tras haber salvado al sentenciado Donayre, quien gracias a los votos “naranjas” parece estar por encima de un fallo que sí debe ser acatado por el resto de ciudadanos.