Este 2017 no se presenta sencillo. Con la economía creciendo menos de lo esperado y una situación política enrarecida entramos al segundo semestre del gobierno de Kuczynski, gobierno que nos ilusionó y nos permitió pensar en el largo plazo.

Pero, como nada es perfecto, el inicio de este ha venido con complicaciones políticas. El Congreso, donde se hace gran parte de la política, ha sido por ratos de gran apoyo para el Gobierno y por otros ha jugado a descolocarlo incluso censurando a un ministro.

Ello quizá se deba a la ausencia de operadores políticos en el gabinete. Se dice que Nieto Montesinos es el más político de los ministros; sin embargo, es poco lo que se escucha de él en la escena política.

La bancada del Congreso aparece como desarticulada y por ello débil, lo que se plasma por ejemplo cuando en la interpelación de Saavedra la mitad de sus representantes estuvo ausente, sin contar las leyes por las que vienen votando contrariando al Ejecutivo.

El Gobierno debe tener presente en este año que viene que tiene que exhibir una mayor dosis de liderazgo, aunque sea a costa de algunos que quieren que el Presidente hable para “varios” públicos. La bancada debe decidir en la interna sus temas y sus miembros bien coordinados presentarse como un frente sólido para apoyar las políticas públicas de su gobierno.

Los ministros deben comunicar más y ser ellos los que respondan sobre sus carteras y no le dejen al Presidente la responsabilidad de pronunciarse sobre todos los temas.

Este es un gobierno que puede cambiar al Perú para bien muy rápido. Pero si fracasa, puede llevarnos a una situación muy complicada. Todos somos responsables por el país, cada quien desde su esquina. Empujemos este carro para que agarre velocidad y nos transporte seguros hacia un Perú más moderno.

Feliz año 2017.