Ha primado la sensatez en el Congreso de la República, atenuando la avalancha de críticas que le han sido imputadas por otros temas desde que asumieron funciones en marzo de este año.

La votación de ayer -9 votos a favor del archivamiento del Acuerdo de Escazú, 3 en contra y dos abstenciones-, ha confirmado el compromiso de nuestros representantes para con el Estado peruano y su soberanía nacional, seriamente amenazados.

Fuimos 49 especialistas los que expusimos nuestros planteamientos a favor y en contra del AE y esa práctica por parte de la Comisión de Relaciones Exteriores, hay que saludarla porque ha sido una muestra del más amplio pluralismo y confirma que nuestra democracia, aunque adolescente, siempre será el mejor sistema de gobierno.

El AE ha sido archivado, además, porque desde el comienzo tuvo un incorrecto proceso de negociación y de suscripción, que son las dos primeras etapas de la conclusión de los tratados hasta las que llegó el Perú, conforme la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969.

En efecto, haber sido aprobada por 13 ministerios -deliberadamente no fue consultado el Sector Defensa- era lo mismo que leerse las cartas entre gitanos, y por esa razón, se produjeron las reacciones en serie donde por cierto, nadie debe atribuirse este resultado ni hacer política de un asunto que siempre debe verse como lo que es, es decir, extraordinariamente técnico, una virtud que la Comisión de RR.EE. ha cuidado con pulcritud y diligencia extremas.

Siempre dije que los promotores del AE no eran traidores a la patria, sino peruanos con buena fe pero que dicha virtud teologal -Santo Tomás de Aquino lo enseña magistralmente al explicar como nadie el concepto de las guerras justas y el uso de la fuerza-, era insuficiente para comprender las enormes complejidades de la soberanía, la jurisdicción y la defensa nacional.

Tampoco digo que el AE fuera negociado bajo la mesa pero sí con las luces apagadas y eso también fue incorrecto. Lo mejor era haberlo retirado pero no opinaré al compás del cangrejo que es el parecer reactivo de los mediocres. Preocupémonos más por el medio ambiente. Es la otra consecuencia de este intento fenecido.