Brutal y duro lo que se sabe hasta ahora de la empresaria Jackeline Salazar, quien permanece secuestrada desde la semana pasada en manos de una banda de salvajes que según un audio hecho público el fin de semana, ya la ha sometido a torturas y amenaza con cortarle los dedos si es que sus familiares no pagan el rescate que exigen a cambio de su libertad.
A esto hemos llegado a causa de una ola de criminalidad que no fue controlada en su momento. Estamos volviendo a ser víctimas, como sociedad, de uno de los delitos más crueles que puede haber: el secuestro con torturas, algo que en el Perú dejó de darse durante casi 15 años. Hoy han regresado los raptos que en algunos casos hasta han costado la vida de los cautivos. Ni en la peor pesadilla.
¿Dónde estamos? Lamentablemente, mientras la empresaria Salazar, secuestrada en el Cono Norte de Lima, pasa los peores días de su vida, y ni qué decir de su familia, el gobierno sigue sin encontrar el rumbo en la lucha contra la criminalidad. Hace apenas unos días ha jurado el sexto ministro del Interior en 17 meses.
Desde Correo expresamos nuestra solidaridad con la víctima de este caso de secuestro y exigimos al gobierno que tome medidas contra la delincuencia. No podemos seguir perdidos en el espacio, sin dirección ni voluntad política para hacer frente a brutales delitos como el secuestro, que ya nos viene estallando en la cara a todos.