El portugués Antonio Guterres, que venía de ejercer hasta el 2015 por una década (2005-2015), el cargo de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR, y que fuera ungido como secretario general de la ONU al año siguiente, para el periodo 2017-2021-, acaba de ser reelegido para otro quinquenio, siguiendo una práctica en la ONU de conceder dos períodos de gestión a tan importante funcionario mundial, salvo el caso del egipcio Butros Butros-Ghali (19921996), que fuera vetado por EE.UU., que lo imputó querer imponer una ONU todopoderosa, debiendo retirarse al final de su única gestión.

A propósito de la reelección del ex primer ministro de Portugal, convendría precisar que el secretario general de la ONU, lejos de lo que muchos puedan imaginar, no es la máxima autoridad de la organización, que corresponde al Presidente de la Asamblea General, cargo que por cierto, ocupó el eminente diplomático peruano, Víctor Andrés Belaunde (1959-1960).

El secretario general es, en cambio, el más alto funcionario administrativo de la ONU, lo que es distinto a definirse por autoridad, dada la estructura horizontal de la ONU; sin embargo, cuando no sesiona la Asamblea General, cobra vida la actuación internacional del secretario general, convirtiéndose en la máxima figura visible de la ONU, esto es, el primer agente diplomático del mundo, pues materializa el simbolismo de la organización por su enorme protagonismo planetario.

El secretario general no ocupa el lugar preeminente que, en cambio, sí corresponde al Presidente de la Asamblea cuando sesiona el pleno de la organización. Su función es stricto sensu, administrativa, pero qué duda cabe, de gran connotación internacional. Lo elige la propia Asamblea General por recomendación del Consejo de Seguridad, y debe contar, luego de varias votaciones informales y una formal, con la unanimidad de sus miembros permanentes, lo que significa que, bastará el veto u oposición de un miembro permanente, para quedar frustrada la candidatura. Es el noveno que cuenta la ONU desde su creación en 1945 -el peruano más universal, Javier Pérez de Cuéllar, fue el quinto-, al final de la SGM. Sus esfuerzos al inicio de este nuevo período, deberán estar concentrados en lograr que toda la población del planeta sea vacunada contra el Covid-19.

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