Las medidas extremas dispuestas por el gobierno para hacer frente a la pandemia del coronavirus, que hasta ayer había infectado a 84 peruanos, tienen que ser acatadas por todos los peruanos pese a las incomodidades y el malestar que todo esto pueda generar. A muchos ha tomado de sorpresa, pero debemos de entender que las acciones preventivas no podían esperar más.

Se necesita la participación de los ciudadanos, que deben de entender que se trata de la vida y la salud de la gente, por lo que no debe de caber el espacio para los vivos y los vivazos de siempre, esos que en todo momento están buscando sacarles la vuelta a las disposiciones. Contra estos tienen que actuar de inmediato las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Ayer fue el primer en que rigieron las medidas anunciadas por el gobierno en la noche del domingo y en muchas ciudades el aislamiento dispuesto fue muy relativo y hubo flexibilidad de la autoridad. Es de esperarse que, desde hoy, los ciudadanos opten por quedarse en sus casas y que solo salgan de sus casas en casos de verdadera necesidad.

Lo que vive el Perú y el mundo no es juego. La pandemia no es broma. Se necesita del compromiso de todos y, en casa extremo, que la autoridad aplique con rigor las disposiciones a fin de garantizar el aislamiento social indispensable para decirle alto al coronavirus.