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La prisión preventiva contra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, ha desencadenado reacciones de todo tipo. Por supuesto, algunos condenan y otros aprueban la medida. Sin embargo, más allá del ruido político, algunos líderes del fujimorismo y del Congreso de la República han tenido mucho tino y siguen planteando un sistema de acuerdos para darle estabilidad al país. Aunque es cierto que las decisiones judiciales tienen en estos momentos repercusiones políticas, deben respetarse.

Por ejemplo, el congresista Miguel Torres dijo que la agenda del reencuentro nacional se mantiene. “Nosotros hemos solicitado al Ejecutivo una reunión sin condiciones, esté donde esté nuestra lideresa”, precisó el actual vocero de Fuerza Popular.

Días antes, el congresista Carlos Tubino pedía disculpas al presidente Martín Vizcarra por los insultos en el chat “La Botica”; mientras la también legisladora Lourdes Alcorta comentaba que las frases contra el jefe de Estado le dan vergüenza. Aparentemente, en Fuerza Popular no quieren continuar propiciando espacios de antagonismo. Desde Keiko Fujimori hasta sus principales representantes son conscientes de que la intolerancia está marcando la vida política del país y es necesario cambiar de actitud.

No sabemos si en su fuero interno estén de acuerdo con esta nueva imagen más seria, mesurada y autocrítica; pero el esfuerzo desplegado parece convincente. Lo cierto es que, en este tiempo lleno de urgencias para Fuerza Popular, la intención es que se abra una esperanza para la integración y la convivencia política.