La pobreza en el Perú tiende a reducirse, menos que antes pero va a la baja. Sin embargo, una región rica en oro como Cajamarca cada día está más pobre, debido a que sus autoridades y otros personajes se oponen a la inversión minera, que en los últimos años se ha contraído, reduciéndose así la posibilidad de que las arcas públicas cuenten con recursos y los ciudadanos tengan empleo.

Es bueno defender el medio ambiente de la contaminación, pero hay que hacerlo con argumentos sólidos y sin la intencionalidad posterior de hacer carrera política, que es lo que vemos hoy en Cajamarca. Los estudios de impacto ambiental daban luz verde a proyectos como Conga, pero muchos se opusieron quizá para hacerse famosos y ganar unos cuantos votos en elecciones futuras.

Esto, a todas luces, es imperdonable, pues han puesto en juego la alimentación, la salud, la educación y las aspiraciones personales de miles de cajamarquinos, quienes en los últimos años han vivido a merced de los caprichos de personajes que se han valido de la falta de información de la gente para oponerse a la inversión minera que, bien supervisada, no tiene por qué ser nociva.

Es de esperarse que Cajamarca despierte luego de varios años de vivir bajo el engaño de esta gente, que promueve, además, ideologías trasnochadas y fracasadas, y deje de escuchar la prédica interesada de quienes solo buscan llegar a un cargo público, aunque mientras tanto la gente se muera de hambre, cuando podría ser una de las regiones más ricas del país.