La tercera etapa de Chavimochic iba a generar más de 150,000 puestos de trabajo directos e indirectos para La Libertad. Hoy, todo ha quedado paralizado por la situación de Odebrecht y su socia Graña y Montero, entidades que se encargarían de la ejecución del proyecto más importante de la región.

Por si fuera poco, Odebrecht ha demandado un arbitraje internacional a Chavimochic para que cumpla con la adenda N° 2 (el desembolso de 100 millones de dólares) y continuar con la emblemática obra. Pero, hasta ahora no se ha escuchado la respuesta del gobernador regional Luis Valdez, quien adelantó opinión proponiendo la cancelación del contrato por los actos de corrupción de la empresa brasileña.

Como si sobre Chavimochic hubiera caído una especie de maldición, ahora puede perder 16,000 hectáreas que iban a ser subastadas en esta tercera etapa. La empresa Agrícola Chicama logró, vía la jueza supernumeraria Clarita Ocampo, hacerse de la propiedad de las mismas áreas valorizadas en unos 75 millones de dólares.

Como verán, el anhelo de los liberteños y del empresariado sufrirá una paralización de por lo menos un par de años, en el mejor de los casos. El entrampamiento se acentúa porque un arbitraje internacional o la cancelación del contrato solo empapelarían más la obra de irrigación para los campos ubicados en el norte de la región.

A todo esto, que también suman los desajustes en la gerencia general con los continuos cambios y la revelación de 24 trabajadores fantasmas durante la gestión que lidera el grupo Alianza Para el Progreso, la paralización de Chavimochic generaría la desaceleración del gasto presupuestal en la región. Todo un drama para La Libertad.

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