Desde el 2001 he perdido la cuenta de los innumerables eventos académicos sobre Reforma del Estado, los debates en el Congreso sobre la Reforma Electoral y de Partidos Políticos, así como los miles de minutos en televisión nacional dedicados a la Reforma Universitaria. La agenda de reformas caviares se ha ido aprobando e implementando desde el gobierno de Toledo pero el resultado es que ninguna sirvió para nada.

La propuesta caviar de Reforma del Estado no priorizó el mérito, no buscó reducir el tamaño del Estado bajo criterios de eficiencia y ahorro en el gasto. Por el contrario, el Estado creció, gastando más y creando una burocracia inútil que solo sirve para gastar pero no genera beneficios a los peruanos. Este nuevo modelo de Estado diseñado por los caviares, alejó el gobierno de la gente y hoy desembolsa miles de millones en consultorías que no han tenido ningún beneficio.

La Reforma caviar del sistema electoral ha debilitado al Parlamento, a los partidos y ha permitido la proliferación de mafias criminales bajo el rotulo de movimientos regionales. No contentos con eso los partidos ahora son financiados por nuestros impuestos.

Ni que decir de la famosa “Reforma” Universitaria que tiene como resultado la formalización del plagio y la destrucción de los valores fundamentales de la academia y la investigación.

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