El Perú estaba notificado del evidente sesgo de la Organización de Estados Americanos (OEA), por lo que era poco lo que se podía esperar del informe de la misión enviada al Perú semanas atrás. Sin embargo, resulta escandaloso que en lo que se ha conocido de su informe final, no se hayan tomado en cuenta las acusaciones de corrupción que pesan sobre el presidente Pedro Castillo.

Parece que a los señores del organismo liderado por Luis Almagro se les olvidó que el jefe de Estado tiene abiertas siete investigaciones en el Ministerio Público, que parientes y amigos están prófugos de la justicia, y que desde el Poder Ejecutivo se han tomado acciones para impedir el esclarecimiento de estos hechos que con neurálgicos en la crisis política que afronta el país.

No consignar estos hechos lleva a preguntarnos: ¿entonces para qué han venido los señores de la OEA?, ¿no se reunieron acaso con la fiscal de la Nación? Una de las razones fundamentales por las que se busca echar a Castillo es porque se considera que está incapacitado moralmente para ocupar el cargo que tiene. ¿Nadie de la misión se dio cuenta de eso?

Era evidente que habría un sesgo, pero no tan escandaloso.

Con esta informe la OEA ratifica que es una entidad caduca que tiene en Almagro a un digno representante, y a las tiranías de Venezuela y Nicaragua como la mejor muestra de su inutilidad.

TAGS RELACIONADOS