El factor Butters
El factor Butters

La semana pasada señalaba aquí mismo que a seis meses de las elecciones en Lima aún nada está dicho, y que el claro favoritismo de Castañeda para nada es sinónimo de un seguro triunfo.

Visto de otra forma, va a depender de qué tanta expectativa generen las otras alternativas. Hay prospectos de buenos alcaldes para la capital por su experiencia y conocimiento (Heresi, Cornejo, la opción final del PPC), pero antes, todos requieren construir una ola masiva electoral conectada con las mayorías que contrapese la marca del exalcalde.

La señora Villarán pondrá todos los huevos en la canasta con las inauguraciones e inicios de procesos entre junio y julio (que debió priorizar desde el arranque de su gestión y no lo hizo). Sus colaboradores estiman, de manera optimista, que al disgregarse el voto entre varios candidatos, este rush final de anuncios de impacto de última hora alcanzará para mostrarse como el "mal menor" ante el "Mudo". Muy difícil que le alcance con el pasivo acumulado.

Pero si finalmente la candidatura de mi buen amigo y colega Phillip Butters se oficializa (previa luz verde familiar, claro está), su opción podría jugarse como la carta nueva, diferente, sorpresiva, y sobre todo extrapolítica, que tanto gusta al elector peruano. En los últimos años, el contacto radial diario que ha establecido Phillip con los sectores mayoritarios de Lima, a través de ese aún excelente medio de comunicación que son los taxistas, le ha valido afirmar un buen referente y un nivel tentador de popularidad.

A diferencia de mi otro amigo Gastón Acurio, a quien públicamente le recomendé que no postule el 2016 (por las razones que esgrimí), al "sabelón" solo le digo: si te vas a mandar, hazlo ya, pero apúrate.