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Por donde se mire, es positivo el anuncio hecho el jueves último por el presidente Martín Vizcarra, en el sentido de que se autorizará desde el Poder Ejecutivo el incremento de los sueldos de gobernadores, alcaldes y demás autoridades locales, pues queda claro que para el tamaño de sus responsabilidades y hasta el riesgo de vida que implica hoy ocupar esos cargos, no pueden estar recibiendo ingresos tan bajos como los actuales.

Es bueno tener vocación de servicio y estar dispuesto a trabajar por sus vecinos, que es el argumento usado por muchos para postular a un cargo público, pero un trabajo que conlleva tanta responsabilidad y el manejo de millones de soles, tiene que ser remunerado no con un sueldazo ni mucho menos, pero sí con un ingreso que permita vivir tranquilo. Es demagogia pura afirmar que quien quiere servir a los demás desde la gestión pública, lo puede hacer gratis.

Las mejoras económicas deben alcanzar también a los funcionarios regionales y municipales. Para bien o para mal, hoy las administraciones locales manejan millones de soles, que no deberían estar en manos de profesionales que ganen montos extremadamente bajos. Los responsables de la educación, de la salud o de gestionar obras como puentes, colegios, hospitales o redes de agua y desagüe, no pueden tener un sueldo equivalente al de un principiante en una empresa privada.

Además, con mejores ingresos podrían reducirse en algo los casos de corrupción, como los vistos en los últimos años en gobiernos regionales y municipalidades. Y digo que “en algo” porque no siempre un mejor sueldo implica honestidad en la administración pública. El gobierno de Alejandro Toledo duplicó los ingresos de jueces y fiscales, quizá con buenas intenciones, y ahí tenemos a César Hinostroza, Walter Ríos y los demás “hermanitos”.

Es bueno el incremento de las remuneraciones, pero al mismo tiempo sería muy positivo que la Contraloría General de la República esté muy atenta para evitar que los grandes esfuerzos que se hacen para mejorar los ingresos sirvan para alimentar los bolsillos de corruptos, sinvergüenzas e incapaces como los que ya estamos cansados de ver. Las gestiones en las administraciones locales recién empiezan y el órgano de control puede hacer mucho desde ahora mismo.

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