En 10 días el gabinete del premier Guido Bellido pasará su primera prueba de fuego al acudir al Congreso a pedir el voto de confianza. Sin embargo, el equipo ministerial ha hecho todos los méritos -ya sea por estrategia o por ser parte de un gobierno fallido-, para ser enviado a su casa de inmediato por no estar a la altura del reto y estar conformado por verdaderos impresentables.

En ningún país serio este gabinete debería pasar la prueba. Eso está claro. Pese a ello, la mayoría del Congreso debería actuar con mucha cabeza fría para no caer en una posible provocación y hacer más cercana la posibilidad de un eventual cierre de Legislativo en caso se niegue la confianza a dos gabinetes. Sería el sueño del régimen marxista leninista.

Lo que sí debe estar muy claro es que las bancadas opositoras deben mantenerse unidas, dejando de lado las pugnas. El objetivo es salvar la democracia más allá de los apetitos personales o de pequeños grupos. El pleito menudo debería estar descartado. Situaciones como las vistas dentro de Renovación Popular no deberían darse más.

En estos momentos los líderes de las bancadas deberían estar ya coordinando la estrategia a seguir ante la próxima presentación del gabinete del premier Bellido, nada menos que un investigado por terrorismo y por nexos con “Los dinámicos del centro”. Como vemos, el reto de los congresistas no es cualquier cosa.