El gran misterio de las consultorías al Estado

Durante su presentación ante el pleno del Congreso para pedir el voto de confianza, que finalmente consiguió a duras penas, el presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, ofreció aclarar en los próximos días la denuncia de que este año se destinarían 1650 millones de soles en consultorías, una cifra por demás abultada que merece ser explicada no solo ante el Poder Legislativo, sino ante los peruanos en general.

Estamos hablando de casi 500 millones de dólares, lo que significa que en el 2019, el fisco peruano tiene previsto destinar, por día, casi un millón 370 mil dólares en consultorías poco claras y que nadie sabe bajo qué criterios, ni a qué personas o empresas se otorgan. Las dudas son absolutamente justificadas, sobre todo en un país donde los hospitales y los colegios se caen a pedazos.

Es de esperarse que en las explicaciones que en los próximos días brinde al país el jefe del gabinete ministerial, diga también en qué se han destinado, en años anteriores, los montos de dinero previstos para consultorías. Sería bueno conocer a qué personas y empresas se ha contratado y, sobre todo, para qué han servido los trabajos que se han llevado a cabo con dinero público.

Un país con tantas necesidades no puede tener un “agujero negro” por donde el dinero público se escapa sin mayor control. De otro lado, sería bueno conocer también cuál ha sido el rol de la Contraloría General de la República en la fiscalización de las consultorías que absorben gran parte del presupuesto de las entidades estatales que, se supone, deberían contar con personal capaz de hacer muchos de los trabajos que se encargan a externos.